Un antiguo profesor me comparaba en ocasiones con los personajes de Auster cuando yo todavía no sabía nada de dicho escritor, de hecho me sonaba a nombre de mago, de esos que viajan con un baúl y que cortan a bellas voluntarias por la mitad y huelen a vela.
En fin que los años han ido pasando y afortunadamente algunos de los libros del tal Auster han caído en mis manos. El otro día me regalé una tarde y digo que me la regalé porque a veces me hago regalos de esos raros, como un paseo o una siesta o una voll-damm, bueno a lo que iba, que leía a Enrique Vila-Matas que decía que él también tenía una relación con Auster.
Era un poco extraño porque no tenían nada en común salvo que ambos aman Nueva York pero lo que más me sorprendió es que decía que lo admiraba y que si hay algo que tranquiliza enormemente es que haya alguien que, con toda seguridad, tenga más encanto que tú; alguien a quien podría que te parecieras pero al que, hagas lo que hagas, no te parecerás nunca.Por suerte. Porque así no te sentirás solo en el mundo.
Cuando dejé el libro en la estantería pensé dos segundos y sonreí. El chico de la libreria me miró de reojo y me preguntó si necesitaba ayuda y yo le contesté: Ahora ya no.
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1 comentario:
Me ha gustado muchísimo este post. :)
El nombre de Auster me suena, pero ahora no recuerdo de qué! Soy terrible con los nombres de los autores...
En cuanto al comentario del escritor acerca de parecerse a alguien mejor que tú me ha parecido interesante, aunque creo que lo releeré para tenerlo más claro!
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