lunes, 4 de abril de 2011
Saltando
Simplemente tenía que alargar la mano y tocarlo. Mirar de reojo e intentar saltarlo. Sencillamente mover un pie y sonreir. Era tan fácil decírselo al oído. Tan cerca como rozándolo con mi peñique. El miedo me ha dado tanta fuerza que he cerrado la puerta clavándome el anillo y tragando tanta saliva que no podía cruzar la calle. Y es que son demasiados. Otra noche contigo pero sin él.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
... un petó.
...jo ja te l'he donat, son les avantatges de viure tant a prop teu.
Jo estic molt lluny, pero tel donc al coll, com sempre.
Publicar un comentario