lunes, 4 de abril de 2011

Saltando

Simplemente tenía que alargar la mano y tocarlo. Mirar de reojo e intentar saltarlo. Sencillamente mover un pie y sonreir. Era tan fácil decírselo al oído. Tan cerca como rozándolo con mi peñique. El miedo me ha dado tanta fuerza que he cerrado la puerta clavándome el anillo y tragando tanta saliva que no podía cruzar la calle. Y es que son demasiados.  Otra noche contigo pero sin él.

3 comentarios:

Jordi Casanovas dijo...

... un petó.

Carles Casanovas dijo...

...jo ja te l'he donat, son les avantatges de viure tant a prop teu.

Allioli dijo...

Jo estic molt lluny, pero tel donc al coll, com sempre.