domingo, 6 de abril de 2008

La teoría del abrazo


El otro día leía en " Cal Mugró" que alguien necesitaba un abrazo. Es curioso como a veces sabemos exactamente lo que queremos y nos da tanta rabia reconocerlo que intentamos apararentar mil cosas antes que pedirlas. Un bloggy que me hace reir recomendaba en un post una tienda de besos y yo este fin de semana viendo que los besos habían subido de precio encargué unos abrazos. La cuestión es que como soy una cobarde, una chula y un témpano de hielo vi como mi abrazo se lo llevaba la chica que estaba delante mio en la cola. Al principio disimulé como quien no quiere la cosa. Me enfadé un poco porque yo lo tenía encargado hacía semanas y aquel era mi abrazo.Es cierto que había más abrazos, pegajosos, de compromiso, de borrachera, pero el mío lo estaban envolviendo con una cinta de color morado y se lo llevaba una morena que seguro había llamado para encargarlo. Se me pasaron las ganas y pasé la tanda inventándome que tenía el coche mal aparcado. Al llegar a casa encontré la lista de la compra.
Quiero ser como Jordi y ser capaz de pedirle un abrazo.

3 comentarios:

Jordi Casanovas dijo...

Tot i que de vegades em caldria una bona abraçada (com a tothom) l'altra dia era jo qui tenia ganes de fer-la a algú a qui, possiblement, li calia bastant més que a mi.

Moni dijo...

Esa es la mejor parte de la teoría del abrazo " saber quien lo necesita". Gracias por hacerme pensar en cosas que tenía olvidadas.

Carles Casanovas dijo...

J0, ja he fet tard per donar donar
abraçades, però si hem poso a la màquina del temps i poso marxa enrera
pot ser...no aixó no funciona. La meva màquina esta definitivament esconyada, ja no sé abraçar.